Originally written in English. Translated by Maggie.
Recuerdo bien ese día – un frío, lúgubre, lluvioso día de Diciembre. No hacía mucho desde que había vuelto de otra sesión con mi terapeuta y estaba segura de que tener amigos ya no era lo mío. No tenía nada, me dije a mí misma, nada aparte de mi familia.
«¡SLOWLY te permite conocer amigos por correspondencia desde tu móvil!» decía el artículo. Oh, demonios, pensé, ¿qué de malo podría haber en echar un pequeño vistazo?
Instalé la aplicación y escribí con cautela una corta carta introductoria. Golpeé el botón de “emparejar automáticamente” y esperé una respuesta. Nadie, estaba segura, me escribiría de vuelta.
Dos años más tarde, estoy en SLOWLY tan frecuentemente como me es posible. Algunas personas *sí* que me escribieron de vuelta y un montón de otras me han escrito desde entonces. He compartido risas, he compartido recetas y he compartido consejos, trucos y opiniones. He compartido momentos felices y he compartido otros tristes también. Cuando mi padre fue diagnosticado con cáncer terminal hace dos años, fue mi familia de SLOWLY quien me ayudó a salir adelante.
Algunas personas se van rápidamente, otras se han quedado por años. En todo esto, he aprendido el valor de la amistad y el verdadero valor de la conexión humana, ya sea física o de otro tipo. No vine aquí buscando amor, vine aquí para buscar un amigo, y en SLOWLY, los encontré en abundancia. Si tan solo supiera…
