LunaMuda
Quería escapar del mundo. Conocer personas, conocer otras culturas. Encontrar a esas ovejas negras perdidas tanto como yo.
Jamás fui una persona congruente con otras de mi edad, ni siquiera en lo términos más sencillos. Me gustaba leer, cambiar de estilo de música a diario, pero por sobre todo, me gustaban las amistades sinceras. Siempre fui muy ilusa al respecto. Siempre quise dar lo mejor de mí, y esperaba lo mismo a cambio. Pero el mundo real no está hecho de esa manera. Es una constante puja por quién tiene mayor razón, mayor poder, mayor dinero. Y soy soy alguien que disfruta de una mañana fresca, de la pequeña llovizna, y también soy alguien a quien se le muere un cactus.
Tengo distintas versiones, y todas ellas están en armonía.
Luego de probar otras aplicaciones para conocer personas, llegué a Slowly. Desde el primer día no dejó de sorprenderme. Cartas de otras partes del mundo, en distintos idiomas, de mi mismo país, tan diferentes y tan iguales a la vez. La realidad es que todos son amables, gentiles. Se toman el tiempo para leer, para escribir. Me tomo el tiempo para contestarles adecuadamente, como les digo: Su tiempo merece una carta acorde a lo que me dedican, una parte de su vida.
Al fin, puedo decir que me siento en mi lugar en el mundo. Recibiendo cartas, preparando mates, escuchando canciones nuevas, leyendo historias de amor, contando la mía propia. Siento paz, no tengo miedo de ser yo misma. Puedo soltarme y escribir por horas, reír ante la pantalla una y otra vez porque me dijeron algo con gracia, o simplemente, ver como corre una lágrima por mi mejilla por las desventuras de mi emisor.
Eso te permite Slowly, conocer en profundidad, dedicar tiempo, elegir palabras. Estamos en un mundo sumido por la información que llegue YA, los mensajes, las llamadas, las historias, las noticias.
Mientras escribo esto, despejo mis palabras y mi mente al mismo tiempo que cebo un mate. Eso es lo que ofrece Slowly, paz.