fbpx
Daisy-13

Daisy-13

🇮🇳 India
Historia Slowly

Originalmente escrito en inglés, traducido por OpenAI.

Querido amigo,

Es extraño, ¿verdad? En este mundo de alta velocidad, hoy en día conectarse es tan rápido como los mensajes que van y vienen zumbando, prácticamente acompañados de notificaciones cada minuto. Es un torbellino de intercambios relámpago, pero de alguna manera me sentí atraída por algo completamente distinto. Algo más lento. Algo intencional. Fue entonces cuando encontré Slowly.

Al principio, no sabía qué esperar. Pensé, ¿cómo podría disfrutar escribir una carta que tarda días en llegar a alguien? Pero había algo atractivo en la idea. Se sentía como entrar en otro mundo—un lugar donde la gente todavía se tomaba el tiempo para escribir, reflexionar, compartir de una manera que parecía más significativa que un simple mensaje rápido.

Comencé escribiendo mi primera carta. Era sencilla. Solo un saludo. Una pequeña presentación. Pero el acto de sentarme, teclear cada palabra y tomarme el tiempo para que quedara bien, se sintió diferente. No era apresurado. No se trataba de recibir una respuesta de inmediato. Se trataba de forjar una conexión que no dependía del ir y venir de zonas horarias ni de respuestas instantáneas.

La verdadera magia llegó cuando recibí la primera respuesta. Tardó unos días—lo suficiente para que casi olvidara mi carta—pero cuando llegó, me sorprendió la atención con la que fue escrita. Era como si la otra persona se hubiera tomado el tiempo de leer cuidadosamente mis palabras y responder con el mismo nivel de cuidado. Se sentía como una conversación que ocurría a través del tiempo, no solo del espacio.

Y lo que recibí no fue solo una charla casual o respuestas cortas. Eran historias. Reflexiones. Vistazos a la vida y pensamientos de otra persona. Se sentía como abrir una pequeña ventana a un mundo completamente distinto, uno al que no habría accedido si solo me hubiera basado en la rapidez y la conveniencia.

A medida que escribía más y más cartas, me descubrí emocionada por cada una nueva. Revisaba mi bandeja de entrada todos los días, preguntándome si habría una nueva respuesta esperándome. Y no se trataba solo de las respuestas. Se trataba de la experiencia de escribir—tomarse el tiempo para crear una carta, para compartir algo honesto, algo personal, incluso si solo era un pensamiento simple sobre mi día. Empecé a ver el mundo de una manera un poco diferente, ralentizando lo suficiente como para notar las pequeñas cosas que antes quizás pasaba por alto.

Y entonces, ocurrió algo inesperado: comencé a contactar a personas de partes del mundo con las que nunca pensé que podría comunicarme. Ha sido emocionante ver florecer nuevas amistades. Una carta desde Japón. Una respuesta desde Brasil. Cartas volando desde todos los rincones del planeta, unidas por ese simple acto de enviar y recibir, como eslabones de una cadena infinita. Nos contamos historias de nuestras diferentes culturas y de nuestras vidas, y más que nada, compartimos pensamientos sobre el significado de la vida. La distancia no importaba. El tiempo que tomaba escribir no importaba. Lo que importaba era la conexión.

Ahora, al mirar atrás en mi experiencia usando Slowly, me doy cuenta de cuánto ha cambiado mi forma de ver la comunicación. No se trata solo de la velocidad o urgencia de un mensaje. A veces, se trata de tomarse el tiempo para reflexionar, escribir, pensar profundamente en las palabras que elegimos, y permitir que esas palabras viajen a través del tiempo y el espacio hacia otra persona. En este mundo lleno de prisas y agitación, Slowly me ha ayudado a ver el encanto de la paciencia y la maravillosa magia de esperar.

Con cariño en conexión lenta,

Daisy

© 2025 Slowly Communications Ltd.    
Términos de servicio     Política de privacidad     Cookies