Originally written in English. Translated by David.
Siempre he estado fascinado por diferentes culturas e idiomas, así que cuando escuché de SLOWLY, decidí darle una oportunidad. Me daba curiosidad ver a quienes podría conocer y que cosas podría aprender de ellos.
Un día recibí una carta de una chica llamada Yagmur, que vive en turquía. Ella mencionó que había visitado previamente macedonia del norte y quería contarme su experiencia en mi país de origen. Ella también dijo que le gustaba leer, escribir y la música. Yo estaba interesado por su carta y decidí responder, le escribí sobre mi vida, mis intereses y experiencias.
Empezamos a intercambiar cartas constantemente y hubo una conexión instantanea entre nosotros. Compartimos nuestros pensamientos, sentimientos, sueños y miedos. Aprendimos mucho el uno del otro y descubrimos que teníamos muchas cosas en común, también respetamos las diferencias e intentamos enteder las perspectivas de cada uno.
Con el paso del tiempo, sentimos más que una conexión cualquiera con trascendencia de distancia e idioma, como si nos conocieramos desde hace mucho tiempo a pesar de que nunca nos habiamos conocido en persona.
Decidimos llevar muestra relación al siguiente nivel y hacer videollamadas, estabamos muy nerviosos y emocionados de ver nuestros rostros y escuchar el sonido de la voz del otro. Cuando finalmente nos vimos a través de la pantalla nos sorprendimos de lo lindos y encantandores que eramos. Sonreíamos, reíamos a carcajadas, nos sonrojabamos y hablabamos por horas. Era como si estuvieramos en la misma habitación así nos separaran casi mil kilometros de distancia.
Nos dimos cuenta de que nos enamoramos y queriamos estar juntos, por lo que hicimos planes para conocernos en la vida real tan rápido como fuera posible. Sabíamos que no sería fácil pero estabamos dispuestos a sobreponernos a cualquier obstaculo por nuestro amor.
Finalmente nos conocimos en persona luego de 3 meses de cartas y llamadas. Fue el momento más feliz de nuestras vidas, nos abrazamos, nos besamos, nos agarramos de las manos y nos miramos a los ojos, parecía un sueño pero era real, fue una semana inolvidable que estuvimos juntos, tambien conocimos a nuestra familia y amigos, quienes nos recibieron calidamente.
Tuvimos que despedirnos al final de la semana y por supuesto con cada despedida viene una lagrima que la acompaña, pero para nosotros no era una adios sino un «hasta luego». Sabíamos que nuestro amor era más fuerte que cualquier distancia o reto, sabíamos que habíamos encontrado nuestra alma gemela.
Así es como conocí a Yagmur, el amor de mi vida.
Edición:
Le propuse matrimonio a Yagmur y dijo que sí. Nuestro viaje juntos hasta ahora comienza y no puedo esperar para ver lo que el futuro tiene para nosotros.
