Originally written in English. Translated by Emmanuel Díaz de León.
Descargué Slowly en marzo del año pasado, a pocos días después de que Reino Unido se cerrara a nivel nacional. Fue un tiempo raro, un tiempo nublado por el miedo y el caos, pero en medio de todo esto, encontré esta aplicación. Estoy muy agradecido de que lo hice.
El primer día teniendo Slowly, envié cartas a algunas personas de mi edad, y recuerdo esperar durante todo el día por las respuestas. Amaba la manera en que las cartas tomaban tiempo para llegar -la anticipación de recibir un mensaje de un completo extraño es muy emocionante. Resultó que las pocas personas que contacté tenían intereses similares a los míos y nos mensajeamos todos los días, haciéndose nuestras cartas más y más largas gradualmente.
En un tiempo en el que me podría haber sentido completamente aislado, en realidad me sentí más conectado que nunca. La pandemia ha sido única en eso, por primera vez, todos en el mundo ha tenido algo en común. Me di cuenta la gente a la que le estaba hablando estaban todos en la misma posición que yo -estábamos cursando la escuela en línea, socialmente distanciados, y preocupándonos por la seguridad de nuestras familias y amigos. Aun cuando nuestros antecedentes culturales y estilos de vida eran completamente diferentes, estábamos profundamente conectados. Slowly me ha enseñado que todos tenemos mucho más en común de lo que pensamos.
Eventualmente, después de seis meses, regresé a la escuela en septiembre. En este punto, tuve que escribir menos cartas porque estaba muy ocupado, pero la influencia que Slowly tuvo en mi vida no se terminó ahí. Cuando empecé a interactuar con gente de nuevo, me percaté que podía tener mejores conversaciones y conectar con la gente a un nivel más profundo. Pasé de sentirme solo en la escuela a conocer a algunos de mis (ahora) mejores amigos. Slowly me enseñó que está bien abrirse y ser honesto, y que la gente te amará y aceptará por eso.
