Un bon petit Bretzel
Originalmente escrito en inglés, traducido por OpenAI.
¿Cómo debería empezar? Creo que esta aplicación puede realmente aportar algo a sus usuarios, tal como lo hizo conmigo. Entre las muchas cartas interesantes y únicas que recibí, una eventualmente me trajo amor. Por supuesto, no había descargado Slowly pensando en ello como una plataforma de citas, y realmente aprecio cada una de las conversaciones que he tenido con personas de todo el mundo. Sin embargo, lo verdaderamente magnífico de todo esto es que, a pesar de lo idealista y soñador que pueda sonar, las relaciones que se desarrollan lentamente con las personas realmente importan en el mundo real, lejos de los unos y ceros de los que depende tu teléfono. De alguna manera, tuve una suerte increíble y fui testigo de que esto me sucedía en una medida increíble.
Un día, una chica brasileña me envió una carta. No solo estaba describiendo su vida, contándome sobre su país y su cultura. No, era más bien una puerta abierta a su corazón. Compartió conmigo sus traumas pasados, sus luchas diarias y sus pensamientos. Solo tenía que responder con tanta honestidad como ella, y así comenzó una serie de cartas cuidadosamente escritas que se enviaban de un lado a otro del Atlántico.
Al principio, parecía que mi vida diaria no había cambiado mucho, pero en realidad, mis días estaban marcados por sus palabras. Tener a alguien con quien compartir todo, ya sean momentos felices o tristes, es algo invaluable. Rápidamente, nos acercamos cada vez más a pesar de la distancia. ¿Hay un límite a lo que podemos lograr solo a través de mensajes simples? ¿Nuestra relación seguiría siendo la misma en persona?
Bueno, tengo mi respuesta. La pasada Navidad, ella emprendió un gran viaje por su cuenta para venir a conocerme. Podría llenar docenas de páginas describiendo la escena de aspecto irreal de nuestra primera vez juntos. Estábamos en una estación de tren, y sin decir una palabra, nos abrazamos, las lágrimas ya cayendo por nuestras mejillas.
Hicimos tantas cosas juntos, descubrimos mi región, mi familia, mi cultura. En todo momento, seguía pensando que, de hecho, ya la conocía. Ella era la misma persona que me había enviado una carta unos meses antes. Había logrado transmitir su alma a través de las palabras, y este viaje fue una reunión más que un descubrimiento.
Dale a todos su oportunidad, déjalos contarte sobre su vida: todos tenemos tanto en común, pero nuestras diferencias también son lo que hace que intercambiar estas cartas sea una aventura tan emocionante.