Por primera vez no me sentí sola, a pesar de estar sola en casa.

Gracias a las grandes personas que conocí aquí, hice listas de reproducción de Spotify con canciones de más de 100 países diferentes.

Hablamos tan fácilmente en la vida real como lo hacíamos en la aplicación, paseamos por el centro comercial y comimos postres...

Estoy experimentando sentimientos que no sentía desde hace mucho tiempo. Compartimos cosas que nos gustan e intentamos aprender a amar las que no nos gustan.

La Tierra puede ser un lugar aterrador y caótico, pero se siente más como un hogar cuando sabes que hay personas a miles de millas de distancia dispuestas a enfrentar los desafíos aquí contigo.

Claro, la fobia social no fue a ninguna parte, pero vivir con ella se volvió más fácil.

Me enamoré de sus cartas antes de saber su verdadero nombre o de ver su cara, a través de sus cartas había visto lo que importa: su alma.

Así como hice del envío de cartas a través de Slowly una parte fundamental de mi rutina, también aprendí a escuchar a mis amigos por correspondencia.

Él vino a mi ciudad y nos conocimos y pasamos una de las mejores semanas de mi vida. Se convirtió en uno de mis mejores amigos.

Usé toda mi suerte en eso, creo. He conocido a una persona fantástica. Cuando leo sus cartas, siento que estoy con él en España.

Ahora también tengo un gran nuevo sueño: comprar un billete a Corea del Sur y volar a Seúl para conocer a mi increíble alma gemela.

Cada carta eran canciones, historias, preguntas curiosas y lindos apodos.